Vineyard Serendipia

Encuentro fortuito y afortunado entre amigos en torno al arte de hacer vinos

Fue en sus viajes a la Toscana Italiana que el empresario Osvaldo Pavéz se enamoró de los paisajes de lomajes plantados de viñedos y cipreses. De vuelta en Chile, en su Peumo natal, quiso recrear esos parajes y sus atmósferas mágicas. Así, el año 2013 Osvaldo, junto a su yerno Sebastián Peñaloza, decide plantar viñedos en su campo, en lo alto de una pequeña colina con vistas despejadas al valle del Cachapoal, sin imaginar los deliciosos vinos que nacerían de sus tierras.

Al poco tiempo y dado que Osvaldo y Sebastián desarrollan su sueño de forma intuitiva, deciden asesorarse con un experto. Seducidos por los vinos del enólogo Cristian Azócar, invitan al reconocido profesional a dar su visión sobre el manejo del viñedo. Azócar tras conocer el proyecto de Osvaldo y Sebastián, y de ver con sus propios ojos el potencial del terroir, acepta encantado. Más tarde, Cristian lleva a cabo los primeros ensayos con los vinos de la cosecha 2015, con apenas 1 barrica de cada una de las variedades plantadas: Carmenere, Cabernet franc y Petite sirah. Los resultados son sorprendentes, especialmente dada la juventud de los viñedos.

Tras los asombrosos resultados de la cosecha 2015, y mientras las parras continuaban su crecimiento, siguieron las pruebas enológicas y se profundizó el conocimiento del terroir.

2017 resultó ser un año desafiante, pero con buen manejo de los viñedos y una enología respetuosa de su origen, nacen vinos que nuevamente maravillan a Osvaldo, Sebastián y Cristian. Es así como a mediados del año 2019 deciden que ya es el momento de dar a luz a Serendipia, cuyo nombre hace referencia a este descubrimiento casual y afortunado en el que el destino unió a este terroir y a estos personajes en torno al vino, forjando una gran amistad.

Viñedo Las Quiscas

Serendipia proviene de parras plantadas el año 2013 en lomajes y planos del Fundo Las Quiscas, ubicado en Peumo, corazón del Valle del Cachapoal, reconocido mundialmente como la cuna de los mejores carmenere de Chile. Son poco más de 5 hectáreas emplazadas a seis kilómetros al oriente del lago Rapel, el cual refresca el viñedo con sus vientos cada tarde.

El clima templado mediterráneo del viñedo, con veranos secos, de días cálidos y noches frescas e inviernos de bajas temperaturas, es ideal para el crecimiento de las variedades plantadas. La alta oscilación térmica entre el día y la noche hace que nuestros vinos tengan una buena madurez y mantengan la acidez, mostrando buena concentración de fruta y frescor.

Cuartel La Casa

Este pequeño viñedo ubicado en el jardín de la casona familiar plantado en una ladera suave tiene suelos de origen coluvial, compuestos principalmente de granito, piedra y un poco de arcilla, ideales para estas variedades.

Tiene plantadas 2 hectáreas de carmenere y media hectárea de Petite sirah. La densidad de plantación es de 2 x 1, 5.000 plantas / hectárea.

Cuartel La Perdiz

Este cuartel tiene plantado en sus lomas 1 hectárea de carmenere. el suelo tiene arcilla roja con granito. Y en la planicie tiene plantadas 2 hectáreas de Cabernet Franc, donde el suelo es franco arenoso con presencia de piedras .

La densidad de plantación es de 2 x 1 5.000 plantas / hectárea.